Estudio previo. Proyecto aún no realizado. Dada la continuidad arquitectónica que se establece en el ahora llamado Museo de Málaga, mediante una parte del entablamento (aunque no pueda ser considerado genuinamente como tal dado que no hay columnas sobre el que se apoye), la intervención consta de la colocación de una línea continua/discontinua constituida por rectángulos horizontales de espejos adheridos sobre los paramentos exteriores (las cuatro fachadas exteriores) que recubren parte del forjado entre la planta baja y la primera planta y que rodea completamente el edificio de manera obviamente perimetral. Por estas razones, la colocación de los espejos será asequible técnicamente, fácil por su accesibilidad y relativamente rápida mediante el uso de la maquinaria y vehículos adecuados (furgoneta con materiales y grúa de tijeras con dos operarios, sin apenas interferencia con la vía pública salvo la de los vehículos y el correspondiente vallado de seguridad). Por otro lado, la visibilidad de la obra al paso de los peatones, que circulan en número importante por esta zona del centro histórico de la ciudad, será óptima, dada la no existencia de ningún tipo de interferencia visual ni barrera arquitectónica que la impida o la dificulte.