Escultura. Almohada suspendida del muro. En ese elemento de reposo de la cabeza en las camas, se ha bordado a máquina de una línea de segmentos negros que divide en mitades desiguales la almohada.
Esas mitades desiguales delimitadas por una suerte de frontera urdida mediante medios mecánicos hablan de las omnipresentes relaciones de poder entre los seres humanos. Se utiliza aquí el ejemplo de un elemento cotidiano como es una almohada, que queda como suspendida en el aire, pero más o menos a su altura estándar, y en la que desigualdad de zonas de confort (de poder y de influencia) refleja las desigualdades en una pareja, algo que es fácilmente extrapolable a cualquier área en la que intervienen seres humanos. Y explícitamente no se hace referencia, aunque en una mayoría de casos se podría hablar de manera evidente, por ejemplo, de machismo, porque desde hace tiempo las relaciones de pareja no son ya las tradicionales y las actitudes de sometimiento y dominación o de abuso y resignación se dan en ámbitos sexuales o de género de todo tipo y condición. Por tanto, es una obra que habla de unas sempiternas condiciones de poder en cualquier tipo de relación de humana y el ejemplo de la pareja es simplemente una de ellas.