Vídeoinstalación compuesta de instalación física con vinilo, video proyección, vinilo con texto sobre muro y sonido envolvente. En el vídeo se desarrolla un plano-secuencia fijo del río Tíber mientras se percibe muy amplificado el sonido de una voz de barítono que enuncia nombres del poder de la Roma papal, imperial y republicana.

Tema: la sucesión de poderes imperiales, el azar y la producción de residuos

VÍDEO-PROYECCIÓN+SONIDO ENVOLVENTE+VINILO PARED

Sobre un muro se proyectan imágenes de residuos urbanos que se arremolinan en el río Tíber a la altura del puente Garibaldi, esa frontera que comunica la Roma Imperial con el Trastevere. Los objetos flotantes –fundamentalmente botellas y pelotas de plástico- entran y salen del río en un juego azaroso entre la espuma del agua. Pero antes de acceder a la proyección, puede oírse en la sala un potente sonido envolvente que inunda con su eco cada recodo. Emperadores, papas, dictadores y presidentes de la República, todos ellos responsables de la ciudad de Roma en algún momento de la historia, son anunciados de forma protocolaria por una profunda voz de barítono. Al entrar, nos recibe un muro enmarcado por dos columnas doradas en el que puede leerse también en letras doradas FIUME TEVERE MMVIII sobre fondo rojizo.

URBI ET ORBI
Urbi et orbi es en la actualidad una bendición cuya prerrogativa sólo cabe al Papa de Roma y puede ser recibida incluso, según creen los fieles, a través de los canales mediáticos (radio, televisión, Internet, etc.). En dos ocasiones, domingo de Pascua y Navidad es otorgada para redimir mediante una indulgencia plenaria todos los pecados de aquellos que estén a bien con Dios. La fórmula Urbi et Orbi, es heredera de las proclamas del Imperio Romano y entonces significaba “a la Ciudad (Roma) y al Mundo”. Ahora también.

Visitar Roma es visitar el espectáculo. ¡Cómo tuvo que ser aquello! Las ruinas de la vieja Roma imperial son el testimonio de una época de esplendor político y económico como pocos se hayan conocido en la historia. En un viaje turístico, uno trata, con su handycam doméstica, de registrar para el recuerdo aquellas escenas que han de calar en su memoria para siempre con plenitud de detalles. Después de diez días de recorrer la ciudad a pie, tuve la sensación de que aquello era una estupidez. Es inabarcable y, seguramente, kitsch. Cada día cargando con la dichosa cámara sin registrar nada. Se te ocurren ideas, incluso para montar un vídeo, y vas haciendo acopio mental de imágenes grandiosas que no paran de sucederse ante tus ojos. Inútil.

Cada vez que transitaba por el puente Garibaldi, esa comunicación fronteriza entre el Trastevere y la Roma imperial y barroca, para hacer la visita desde mi hotel a la ciudad, me asomaba al río para observar un conjunto de elementos que se arremolinaban en él recibiendo el embate de una pequeña cascada artificial. Pelotas y botellas de plástico, sobre todo, pero también algún tronco, subían y bajaban del fondo a la superficie y giraban en torno a sí mismos de un modo completamente azaroso. Ésa fue mi imagen melancólica de una ciudad arruinada. El último día decidí grabar, bajo un sol de justicia, ese pequeño remolino que quién sabe desde cuándo se formaba en aquellas aguas renovando sus elementos a lo largo de los días. Al volver a casa pude ver que la grabación estaba desenfocada. Grabar desde un puente que temblaba a cada paso de tranvía, un cierto nerviosismo melancólico y mi inexperiencia con la cámara sólo son excusas para hacer de aquella grabación algo impresentable.

Dos años después he decidido volver a Roma para grabarlo de nuevo sin tener la certeza absoluta de que aquel remolino contuviera los mismos elementos que me sedujeron la primera vez. (Aunque he de confesar que envié a una espía unos meses antes a comprobar cómo estaba el objeto de mi interés). Seguía allí. Con la compañía experta de un compañero, grabamos de nuevo. Las pelotas no eran las mismas ni las botellas de plástico refulgían con el mismo brillo que en la primera ocasión. El día era nublado y algo lluvioso, pero a pesar de la renovación de los residuos plásticos y del cambio de luz ambiente la sensación melancólica fue la misma. Quizás más intensa. En mis oídos, acompañando el estruendo del remolino, resonaban, como en una estancia palatina, los nombres imperiales, papales, dictatoriales, presidenciales, de todos aquellos que gobernaron Roma, o el Mundo desde ella, y que se agitaban en la espuma del poder, por los siglos de los siglos, dejando sus residuos de todo tipo Urbi et Orbi.

-NERONE
-URBANO I
-CLAUDIO II IL GOTICO
-SILVERIO
-BENITO AMILCARE ANDREA MUSSOLINI
-LEONE I IL GRANDE
-QUINTILIO
-AURELIANO
-BENEDETTO IV
-TIBERIO
-PAOLO VI
-GIORGIO NAPOLITANO
-GNEO POMPEO
-TEODOSIO
-DIOCLEZIANO
-UMBERTO II
-CLEMENTE IX
-CLEMENTE X
-CLEMENTE XI
-ENRICO DE NICOLA

-CLAUDIO I
-LUIGI EINAUDI
-SETTIMIO SEVERO
-GREGORIO XVI
-CARACALLA
-GIOVANNI GRONCHI
-GIOVANNI LEONE
-LEONE XI
-GAIO GIULIO
-OTTAVIANO AUGUSTO
-GIOVANNI PAOLO II
-GAIO GIULIO CESARE
-PIO VII
-MARCO AURELIO -ANTONINO
-SANDRO PERTINI
-SISTO V
-MARECELLO II
-BERENGARIO
-VALENTE

-GIOVANNI PAOLO I
-ADRIANO
-GIUSEPPE SARAGAT
-MARCO ULPIO
-TRAIANO
-SERGIO III
-ANASTASIO III
-FRANCESCO COSSIGA
-LEONE III
-ALESSANDRO SEVERO
-BONIFACIO VI
-LUCIO AURELIO
-COMMODO
-GREGORIO II
-PELAGIO I
-TITO FLAVIO -VESPASIANO
-ADEODATO II
-ONORIO I
-OSCAR LUIGI SCALFARO

-VITTORIO EMANUELLE III
-VITTORIO EMANUELLE II
-SEVERINO
-DOMIZIANO
-LIBERIO
-AGAPITO
-GAIO CESARE DETTO -CALIGOLA
-PONZIANO
-CALLISTO I
-BENEDETTO XVI
-BENEDETTO XV
-BENEDETTO XIV
-MACRINO
-ANTONI SEGNI
-SILVESTRO III
-MARINO II
-LUCIO CORNELIO
-SILLA
-SISTO I
-CLETO
-CARLO AZEGLIO CIAMPI
-CORNELIO
-BONIFACIO III
-VIGILIO
-TITO
-ADEODATO II